domingo, 22 de diciembre de 2013

Nueva Ley del Aborto: Manual de instrucciones

No sabía qué título ponerle a la entrada, más que nada porque no se desde cual de los dos puntos de vista enfocar el tema del aborto. Por un lado está el hecho de que evidentemente es una cortina de humo más, cortina como otras, de la que hablaré en una entrada aparte. Y por el otro, el tema al que quiero enfocar esta entrada, que no es otro que la progresiva implantación de una ideología. Es cierto que el tema del aborto es una promesa electoral ideológica pura, de la misma forma que para el PSOE la retirada de las tropas de Irak o la ley de matrimonio homosexual. ¿Qué significa esto? Que nada impide hacerlo al Gobierno que lo promueve. Son promesas fáciles de cumplir porque solo requieren legislar o mandar un comunicado. Y sí, aunque parezca increíble en el programa electoral del PP (que podéis descargar aquí http://estaticos.elmundo.es/elecciones/elecciones-generales/2011/programas/pdf/pp.pdf) aparece explícitamente esta reforma. En la página 108 del programa, medida 6, dice: "La maternidad debe estar protegida y apoyada. Promoveremos una ley de protección de la maternidad con medidas de apoyo a las mujeres embarazadas, especialmente a las que se encuentran en situaciones de dificultad. Impulsaremos redes de apoyo a la maternidad. Cambiaremos el modelo de la actual regulación sobre el aborto para reforzar la protección del derecho a la vida, así como de las menores". Vamos, que no podéis quejaros los que votasteis "por el cambio". Haber leído el programa.

Y si tenéis un mínimo de conciencia política y no votasteis a unos u otros, entenderéis la siguiente parte de hoy. En una de las muchas estocadas a la Constitución (si, es esa misma Constitución con la que se llenan la boca a la hora de hablar de otros temas como Cataluña), pretenden implantar el modelo católico de la familia y su ideología en un estado aconfesional, como bien dice el artículo 16.3 de la Constitución: "Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones". En este nuevo modelo se pone por delante el derecho del feto sobre el de la madre. Vamos, que en lugar de permitir que sea la madre la que tenga la última palabra sobre algo que lleva dentro de ella, delega en un tercero, influido por una ideología inconstitucional el derecho a decidir. 

Todo muy lógico.


Hoy dejaremos a un lado la enorme hipocresía que conlleva para los sectores que van a implantar esta ley, y el hecho de que, si esta ley nos equipara a la que había en tiempos de Franco, seguirán llevando a sus hijas a abortar fuera del país y acabará pasando lo mismo de siempre, que las leyes son de obligado cumplimiento para los pobres, y simples consejos para los poderosos. Hoy no quiero caer en esto porque pretendía simplemente informar con datos y dejar constancia de la aberración moral que supone.

lunes, 16 de diciembre de 2013

Todos los días te das cuenta de algo

Quería hacer un pequeño cajón desastre de cosas en las que he parado a pensar hoy. No quiero dedicarles una entrada entera hoy, así que haré una pequeña recopilación. Allá va.

Esta mañana he leído una frase célebre de Miguel de Unamuno, que alguien había modificado ligeramente y que me ha llegado: “El patriotismo es una enfermedad que se cura hablando, leyendo y viajando a otros países”. Totalmente de acuerdo. La gran mayoría de nacionalistas, independentistas, patriotas y demás, si siguieran estos pasos y se dedicaran a conocer todas las culturas de las que dispone este planeta, acabarían pensando que una bandera no es más que un trozo de trapo, y un sentimiento nacionalista no es más que creer que porque tu vista no vaya más allá del horizonte implique que no haya nada más allá.

He leído un comentario de un chico gay en El Informer de la UPV que decía “Los privilegios femeninos de "las damas primero, por favor", y dejarles sentarse en los asientos del bus/metro, y que les sirvan primero la comida a ellas, se deberían haber acabado cuando los hombres nos pusimos a fregar y a limpiar.” Resumiré lo que no he podido evitar contestarle. A mí desde pequeño me han educado para sujetar la puerta a quien viene detrás, a servirme el último en la mesa o a fregar a medias con mi compañero, ya sea mi tío, mi novia, hombre, mujer, de 3 años o de 100. Eso se llama educación. El problema viene cuando tu educación solo va dirigida a mujeres atractivas porque esperas quedar bien con el gesto y obtener algo a cambio. No confundamos las cosas.

Y por último, algo de lo que me he dado cuenta y que me ha llevado a retomar este blog. No importa cuánto te esfuerces en intentar convencerte de que tienes que hacer algo, que es tu obligación o que deberías de hacerlo. No importa cuánto sepas lo beneficioso que es para ti, lo mucho que leas sobre ello o incluso lo mucho que desees hacerlo. Hay algo que tiene que hacer “clic”, o de lo contrario nunca llegas a hacerlo. Ese “clic” solo llega cuando la única vía que ves ante tus ojos es esa. Y aun así, tus piernas tiemblan y se niegan a dar el paso. El secreto es desencadenar ese clic. Esto es como encender un fuego como lo hacían en la edad de piedra. Haz que salgan chispas, frota más fuerte, acerca hierba más seca, sopla… en definitiva, genera tú las condiciones propicias para que el fuego surja. Y una vez la llama empieza a arder, coge fuerza por sí sola.


Hoy no pondré foto, pero me gustaría poner fotos propias para ilustrar mejor todo esto. Os dejo sin embargo con un vídeo, de una canción que me ha acompañado durante estos días. Me gusta más el remix de Afrojack pero el video es de Keane. 
Y como dice la canción, “I’m a better man than I was that day”.


Nos vemos pronto.

Freeletics: Toma de contacto hasta hoy

He tenido que bucear en mi twitter (que por cierto, es @GBCLopi por si todavía no os lo he repetido suficientes veces :D) para saber exactamente cuando fue mi primera toma de contacto con Freeletics. Fue el 23 de Noviembre, hace 23 días. Fue un amigo (créditos a Sergio) el que me habló de eso y dediqué unas horas a buscar y buscar información por internet, hasta que di con la aplicación Pro y la página web, donde te muestran 5 semanas de “toma de contacto” con Freeletics. En teoría, después de esta toma de contacto es cuando realmente empiezas el reto de 15 semanas.

Pues bien, hace 23 días muy alegremente cogí la rutina que te recomendaban, llamada “Aphrodite”, que consiste en rondas de unas cosas llamadas burpees, squats (sentadillas) y situps, que son una especie de flexiones, sentadillas y abdominales. Antes que nada vuelvo a insistir en que para más información busquéis en su página web, esto no es una biblioteca (con voz de Apu). Proponían hacer las siguientes repeticiones: 50-50-50, 40-40-40, 30-30-30, 20-20-20, 10-10-10. Tras una hora y diez minutos, no pude más y abandoné al final de la ronda de 40. Era de los ejercicios más duros que había hecho en mi vida, y unos 5 días de agujetas me acompañaron para recordármelo.

Después de esto decidí tomármelo con un poco más de calma e ir empezando un par de días desde 30-30-30, y las últimas cuatro veces desde la ronda de 40-40-40, hasta que conseguí hacerla en poco más de media hora. Ayer domingo me vi capaz por primera vez de lanzarme a hacer el reto completo (siempre en modo difícil, aunque hablan de versiones fáciles de los ejercicios), y lo completé. En 1:03 horas, pero lo completé. Hoy he estado agotado, pero mereció la pena. Esta semana tengo que hacer 2 o 3 sesiones más antes del domingo para cumplir objetivos.


Mido 1,78, y hace 23 días pesaba 66,5 kg. Hoy peso 69,0 kg, y he apreciado ya ligeros cambios en mi cuerpo. Estoy comiendo el doble de lo que comía anteriormente y tratando de comer sano, aunque de momento no me he planteado una dieta específica. Todo a su tiempo. De momento me conformaré con ir sobreviviendo a las semanas. Mi idea es dependiendo de cómo vaya la recuperación mañana, hacer martes, jueves y sábado, o miércoles, viernes y domingo. De todas formas, mi semana 1 finalizará cuando haya hecho estas 3 sesiones más de ”Aphrodite”.

#Vamos!!!

Reapertura

Yo tenía un blog, ¿no? Pues habrá que darle uso. Pero en esta ocasión voy a utilizar este Atelier, no como un artista que escribe sobre algo, sino para hablar de cómo se hizo el propio artista, desde mi punto de vista personal. Quizás esta no era la idea original de este blog, que pretendía ser totalmente objetivo y apersonal, pero pienso que será mucho más enriquecedor si hablo desde mi perspectiva, para que quienquiera que alguna vez lea esto pueda formarse una opinión sobre mí, buena o mala, pero espero que no indiferente.

Realmente no me importa si este blog no recibe una sola visita. La persona a la que más me importa que vaya dirigida es a mí mismo. Y por eso no me detendré a aclarar conceptos que no me sirvan a mí mismo. Si escribir y publicar el camino que voy recorriendo ayuda y sirve de apoyo para seguir luchando y para no rendirse en momentos de flaqueza, realmente habrá conseguido su cometido. Sin embargo, esto es un blog y es público, así que acepto comentarios, sugerencias y preguntas de cualquier tipo.

¿Y de qué voy a hablar? Mi idea es hacer una narración de lo que aprenda en las próximas 20 semanas de mi vida. Cualquier cosa vale. En esas 20 semanas, habrá un componente en común, el deporte, en forma de un reto de 15 semanas de entrenamiento de alta intensidad conocido como Freeletics (podéis googlearlo y haceros una idea, pero lo iré explicando en otras entradas). Hablaré de todo lo que crea que merece la pena plasmar, y me comprometo a escribir al menos una entrada a la semana haciendo un resumen.


#Vamos



martes, 19 de febrero de 2013

Un pequeño aperitivo

Estas son las dos primeras páginas de algo que empecé a escribir este verano. No estoy seguro de si continuará, considerarlo un pequeño aperitivo:


Mientras esperaba a mi vuelo junto al resto de pasajeros en la terminal 1 del JFK de Nueva York, con la única compañía de mi inseparable mochila que llevaba utilizando desde el instituto como equipaje de mano, los motivos de mi viaje despertaban en mí los recuerdos de lo que había ocurrido cinco años antes, y con la mirada perdida me limitaba a observar el trasiego de personas que iba y venía en un día laborable a primera hora de la mañana.
La noticia de la muerte de aquella mujer no me había pillado por sorpresa, sabía que era algo que tarde o temprano tenía que ocurrir, era ley de vida. Restaba un par de semanas para Navidad, y había tenido que pedir permiso a la central para adelantar un día mi regreso. A pesar de que todo el trabajo ya estaba hecho, mis estrictos jefes no habían sido del todo benévolos, y había tenido que pagar los gastos del cambio de billete de mi bolsillo. Sin embargo, era algo que tenía que hacer, y antes de regresar a mi piso en Ámsterdam iba a hacer una escala en Munich para acudir a aquel funeral. No solo lo hacía por ella, también lo hacía por mí, para cerrar aquel capítulo de mi vida.
En cuanto el panel de información de los vuelos anunció la apertura de la sala de embarque número 10, apagué mi smartphone, me cargué la mochila al hombro y me dirigí hacia el pasillo por el que se accedía a aquel Airbus A380 de la Lufthansa que parecía acabado de estrenar. Detecté alguna que otra mirada de curiosidad a la cual ya estaba acostumbrado en mis viajes, ya que era consciente de que aquella vieja mochila azul con dibujos y pegatinas de grupos de rock no pegaba en absoluto con mi impecable imagen de hombre de negocios. Formaba parte de mí, me ayudaba a recordar quién era, y no me importaba en absoluto lo que la gente pensara al respecto.
Entré en el avión, busqué el asiento que aparecía en mi billete, guardé mi mochila en el compartimento y me dejé caer en el asiento mientras me deshacía el nudo de la corbata. Había tenido que cambiar la clase business del billete a Ámsterdam que me facilitaba la empresa por aquel menos confortable asiento, el del medio de las tres butacas junto a la ventana, en clase turista. Ya me había resultado suficientemente caro comprar un billete de última hora como para además exigir comodidades. Me agobiaba el ajetreo que se producía cuando los viajeros se juntaban de golpe para cumplir el ritual de dejar sus equipajes de mano, por lo que había sido de los primeros en subir al avión, y fui viendo cómo se iban completando las plazas con el paso de los minutos. He tenido compañeros de viaje de todos los géneros, tamaños y colores, y a estas alturas me conformaba con que me tocara alguien que percibiera cuándo no tenía ganas de conversación y que supiera mantener su café dentro del vaso.
Mi otra compañera de asiento entró cuando faltaba un par de minutos para el cierre de las puertas. Recorrió con la mirada el avión en busca de su asiento hasta que encontró lo que buscaba, y al mismo tiempo, tras el fugaz contacto de sus ojos con los míos, bajé la mirada como un idiota al ejemplar del New York Times que me había prestado el hombre que se sentó junto a la ventana, otro hombre de negocios de unos cincuenta años de edad que parecía cumplir mis expectativas sobre compañeros de vuelo.
Con la mirada aún puesta en el periódico, le devolví educadamente su saludo en inglés. Tras marcharme de España en busca de trabajo había acabado acostumbrándome a la belleza de las mujeres nórdicas, pero aquella chica era tan bonita que no parecía real, a pesar de que detecté cierto acento germánico en su voz. Volví a mirarla furtivamente y me regaló una tímida sonrisa que hizo que me pusiera aún más nervioso. Tras el despegue, continué durante unos minutos enfrascado en una noticia sobre política en España hasta que el sueño acumulado los días anteriores empezó a hacer acto de presencia y a recordarme que necesitaba algo de descanso.
Cuando las luz que indica la obligatoriedad de los cinturones de seguridad se apagó, devolví el periódico al hombre, me levanté y recuperé mi mochila del compartimento, donde tenía los auriculares para poder escuchar música en el teléfono. La chica, que ojeaba con aire despreocupado una revista sobre moda, levantó la mirada y observó mi mochila con descaro disimulando una sonrisa. Tras devolvérsela me soltó:
- Tu hijo debe de tener un buen gusto musical, casi todos los grupos de esa mochila los escucho yo también.
- Oh, no es… la mochila es mía – contesté un tanto sorprendido no sólo porque aquella chica me hablara, sino porque pensara que era tan mayor.
- ¿Un hombre de negocios que escucha rock alternativo? Estoy sorprendida.
- Bueno, no debo de tener muchos años más que tú, este traje lo llevo sólo por asuntos de trabajo.
- Soy Laura, por cierto – dijo mientras me tendía su mano derecha.
- Yo Gabriel, un placer – respondí al mismo tiempo que estrechaba su mano en una mezcla de firmeza y delicadeza. Cuando parte de tu trabajo consiste en negociar contratos con desconocidos que ven en ti a alguien inexperto y fácil de manipular, demostrar lo contrario desde el primer momento con el apretón de manos de cortesía resulta esencial.
Tras una breve conversación que giró en torno a los grupos musicales que aparecían en mi mochila, surgió el tema que la conversación con ella casi me había hecho olvidar.
- ¿Qué te lleva a Munich?
- Es una larga historia


5 años antes…

domingo, 17 de febrero de 2013

"Parte tora to Rajoy!"


“¿No queríais Rajoy? Pues toma Rajoy”

Ahora nos hacemos los indignados. Ahora todo el mundo critica al PP por el escándalo de corrupción que se ha destapado en las últimas semanas, y de los 10.866.566 españoles que les votaron, ahora la mitad de ellos se une al resto de españoles que no lo hizo, y juntos, nos hacemos los ofendidos y clamamos al viento venganza mientras nos tomamos el aperitivo en el bar de la esquina (algo que por cierto, por muy buen sistema educativo que tengan, nunca podrán hacer los finlandeses). 

De esos casi 11 millones que todavía siguen creyendo que el PP nos sacará de la crisis, la mayoría lo hace por ignorancia, y el resto, perteneciente a ese 1% de la población que se parte el pastel de España, se frota las manos y sigue llenando sus cuentas bancarias (tanto las de aquí como las de fuera) con el dinero de nuestros bolsillos.

No me gusta decir “lo dije”, pero no solo fui yo quien lo anunció. No había que tener muchas luces para darse cuenta de las verdaderas intenciones de estos políticos (intenciones que ya trataré en otra entrada), y quien pensara seriamente que no hay corrupción en el PP y en el resto de partidos del Congreso, lo menos que merece es ser calificado como ingenuo.

Nadie se olía la tostada. Nadie pensaba que este partido lo iba a hacer peor que el anterior, algo que por cierto, era difícil de superar. Nadie pensaba que este señor que ahora preside el país iba a incumplir todo su programa electoral, y que el único objetivo que perseguía era el que le marcaran sus propios intereses. Nadie pensó que reformaría el mercado laboral para permitir que se nos explotara más, o que utilizara el dinero público para rescatar sus intereses en el sector privado. Nadie pensó que luego estos amiguetes le devolverían el favor en forma de sobres. Nadie pensó nada.

En serio, ¿Nadie se lo esperaba? Acabaré con una frase muy española: Venga, no me jodas.


lunes, 3 de septiembre de 2012

Los límites de La Razón


Esta mañana he mirado la portada de La Razón, como hago con la de varios periódicos más como el País, ABC o El Mundo y he sentido que tenía que dedicarle una entrada entera a esta maravilla del periodismo. Y mucho más concretamente a la foto que venía en portada:



Como puntilla, se podía leer a la izquierda de la foto “Alfonso Guerra se mostró muy alterado durante su intervención junto a Cándido Méndez y el número 3 del partido, Óscar López”. Una noticia de portada que si fuera profesor de universidad en la carrera de Periodismo pondría como ejemplo de manipulación exhaustiva de la información. El primer paso, básico, es mostrar a Alfonso Guerra como un hombre “muy alterado”, en el que posiblemente su odio le hace decir cosas que el diario quiere hacernos atribuir a una rabieta de persona mayor. Parafraseando a un tuitero, esta portada puede ser considerada como “El delirio de un fascista alucinado”. Y a pesar de que ese comentario iba dirigido a otra de las portadas de este periódico, es aplicable de nuevo a esta. Para que podamos contrastar la información, esta es la noticia de Europa Press sobre las palabras de Guerra:
http://www.europapress.es/nacional/noticia-alfonso-guerra-critica-estado-malestar-rajoy-suma-peticion-referendum-20120902193834.html

Siguiendo la línea de “Acoso al Estado” que lleva últimamente La Razón en todas las portadas, se nos plantea que cualquier queja que podamos tener del Gobierno actual es un atentado contra éste y contra el país. Esto es un pequeño inconveniente porque lo cierto es que hay mucho que criticar. Intentan asociar sus palabras a un discurso anti sistema con la connotación negativa que eso conlleva, un recurso muy utilizado estos últimos meses para descalificar a alguien que no está de acuerdo con la desastrosa política del Gobierno. La dura crítica al partido político rival acusándolo de radicalizarse es otro de los muchos capítulos en la inútil guerra  bipartidista que hay en España, y eso en cierto modo es comprensible, a pesar de que en mi opinión sea una de las sendas que está llevando a este país al fracaso.

Lo que nunca podré entender es la falta absoluta de valores y la ley del “todo vale” en política. Precisamente la política es (más bien debería ser) un ejemplo de ética y valores, y precisamente descalificar de esta forma a una de las personas que más ha participado y ayudado a la democracia en este país (estando en todas y cada una de las legislaturas como diputado desde 1977 hasta la actualidad) es entrar en un terreno muy peligroso. Difamar y tergiversar la verdad con fines políticos para atacar a personas como Manuel Fraga, Calvo Sotelo, Adolfo Suárez o el propio Alfonso Guerra es estar atacando a las personas que forjaron el sistema democrático que tenemos hoy en día, que aunque todavía muy imperfecto, nos rescató de una dictadura y de años de sufrimiento. Podrán ser de una ideología u otra, pero todos coincidieron en que un sistema democrático era mejor para España que una dictadura, y por ello debemos de estarles agradecidos.

Personalmente considero que los ideales de una democracia no son compatibles con el capitalismo feroz que vivimos hoy en día, pero lo que tenemos ahora eso es mucho mejor que vivir con el miedo a no poder expresarte y sufrir todo los que sufrieron las personas en la dictadura franquista. Lo mínimo que merecen estos señores es que se les critique desde la objetividad y el respeto. Se merecen que no se les utilice por gente sin escrúpulos, vergüenza ni dignidad como peones en una guerra política absurda que es el verdadero cáncer de éste país. Señores de La Razón, no pierdan el nombre de su periódico. Hay unos límites.